Entre las más entrañables nostalgias de la niñez cuenta, el incontenible deseo de ‘jugar en la calle’. Indiferentes a la usual voluntad materna de permanecer al resguardo de la casa, los infantes añoran con particular frecuencia disfrutar del espacio urbano, en especial de la calle. Esta voluntad, inmanente al cubano y de singular arraigo en el habitante de Santiago de Cuba, ha logrado trascender en el tiempo y espacio para perpetuarse definitivamente como rasgo de identidad en esta cultura citadina >>>