Solano Benítez es artífice de una arquitectura de ingenio, sumamente preocupada por economizar recursos; de una forma de hacer arraigada en el contexto y en la historia locales.
Lo que primeramente sorprende de manera grata es su cercanía en el trato, que quiebra (tal vez de manera bien estudiada) con el estereotipo de altivez y distancia hecho de soberbia, extravagancias y gestos adustos al que tantos arquitectos se han adscrito.
Es asimismo un orador entusiasta y persuasivo, de verbo ágil cuyo mensaje está construido mediante eslóganes breves y directos que apelan directamente a la dimensión de los sentimientos del oyente. Sus frases fluyen. Argumentos que a veces parecen demasiado fáciles, revestidos de una vehemencia que por momentos hace plantear si el personaje puede estar ganando la partida al arquitecto….. [La Viga en el Ojo]