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 R E A L I T Y  S H O W  R E A L I T Y  A R C H I T E C T U R E

Por

Ricardo Montiel y Alicia Socorro

Arquitectos graduados en el año 2005, Universidad del Zulia, Maracaibo – Venezuela.

1er. Premio en el concurso internacional de ensayos “Acontecimientos Arquitectonicos

 

“Los reality shows son concursos diseñados para poner a gente común en situaciones límite, dispuesta a humillarse, insultarse, denigrarse, exhibirse, atacarse, exponerse, con el fin de ganar un premio final, que puede ser en dinero o en popularidad”

Jacob Bañuelos Capistrán

 

Un grupo heterogéneo de personas de ambos sexos deben convivir durante cierto tiempo en una casa. Ninguno de ellos se conoce por lo que el encuentro en medio del encierro deriva en situaciones inesperadas: conflictos y complicidades surgen entre estas personas que podrían ser expulsados por el voto de los espectadores… En otra transmisión un grupo de artistas, cantantes, etc. es seleccionado para vivir en una escuela de arte, donde reciben lecciones y son eliminados en función de su habilidad juzgada por jueces o bien por el voto de los espectadores… ha comenzado el show.

Si profundizamos en ambos casos, el transcurrir de los acontecimientos parece ser más interesante que el objetivo final. Si estos desconocidos tienen que vivir en lugares ajenos a su contexto habitual durante un largo período de tiempo probablemente la privacidad tienda a desvanecerse progresivamente ante los ojos de miles de televidentes ya que deberán adaptarse para poder ganar la competencia, quedando así la intimidad revelada: de lo ajeno a lo usual. Entonces ¿Será el proceso más importante que el resultado? ¿Es durante el procedimiento donde se consigue abolir el secreto? pero ¿Cuál secreto? Es aquí donde se percibe el éxito del reality show, cuando lo oculto adquiere un significado: el bostezo de Britney Spears.

Del anonimato hemos pasado a ser “estrellas” sin recurrir a la ficción, de la interpretación de falsedades hemos cambiado a la representación de realidades: la revelación de manifestaciones cotidianas.

Ahora bien ¿Tendrá este fenómeno alguna relación con la arquitectura? ¿Es la arquitectura del siglo XXI un show donde todos estamos involucrados? y volviendo al cuestionamiento de la importancia del procedimiento ¿Es posible formar parte del proceso de construcción, elección o reflexión de un proyecto arquitectónico sin ser un público especializado?

Tres casos…

En Junio de 2003 el alcalde de Paris Bertrand Delanoë convocó un concurso internacional donde cuatro candidatos proponían un proyecto de renovación para la zona de Les Halles, en Paris, Francia. En un proceso de decisión inédito, la alcaldía abrió un espacio para la participación de los ciudadanos en el proceso de renovación. 125.000 personas visitaron la exposición de cada uno de los participantes pudiendo hacer sugerencias y opiniones que determinarían el resultado final así como el arquitecto ganador. La experiencia culminó, y la ciudad tuvo su veredicto. Ahora los usuarios que transitaren esta zona sentirán que detrás de cada muro habrá una historia que los involucra.

En Les Halles la arquitectura dejó de ser impositiva para ser participativa, pudiendo el voto de un individuo, antes apartado del proceso de selección, eliminar una propuesta desencajada según su imaginario urbano. Los competidores bajo sus conceptos de diseño y materialidades singulares no sólo debían sorprender por lo innovador del proyecto arquitectónico, sino por su simpatía y capacidad de convencimiento, debían ganarse un rating de audiencia para que la ciudad los eligiera: el nuevo American Idol.

Un año después en Santiago de Compostela, España, se comenzaba a construir la Ciudad de la Cultura de Galicia proyectada por Peter Eisenman.

La obra, aún sin terminar, ya formaba parte de la ciudad y sus habitantes revelando situaciones nunca vistas ni escuchadas a través de acciones diversas: pantallas de leds informan en tiempo real los trabajos en ejecución, códigos de colores asignados a cada empresa establecida, todos los vehículos que llevan mercancías a las obras cuentan con señalización indicando el material transportado y su cantidad. Además, un repertorio de posibilidades de conexión como: una línea regular de autobuses que recorre el sitio de implantación de las obras, torres hechas con andamios para divisar las obras y llevar un seguimiento e increíblemente, durante cinco minutos cada hora micrófonos de corto alcance colocados en las obras incorporan el sonido de la experiencia del sitio. Los trabajos que pueden ser ejecutados por mano de obra poco especializada quedan abiertos a la participación voluntaria de los ciudadanos.

En Santiago de Compostela se buscó indiscutiblemente la transparencia como recurso mediador entre la ciudad y la arquitectura. La barrera que divide lo público y lo privado desaparece acortándose las distancias entre sujeto y objeto. La ciudad ha conseguido estimularse al propagar los secretos de la construcción de un edificio mientras que ella construye una institución cultural. Ahora el mínimo movimiento durante la ejecución de una obra arquitectónica se transforma en un evento: Damas y caballeros… el camión de sacos de cemento.

El 11 de Septiembre de 2001 es quizás, como expresaba Hrvoje Njirik: “el final de la arquitectura moderna”. Si a cualquier arquitecto le preguntaran cual es hoy el proyecto más importante del planeta, la respuesta sería reconstruir el Ground Zero: el debate urbanístico más trascendente del nuevo siglo, el comienzo de una nueva era en la disciplina arquitectónica. Para llevar acabo este reto el gobernador y alcalde de Nueva York crean la Corporación de Desarrollo del Bajo Manhattan para ayudar a planear y coordinar la reconstrucción y rehabilitación de la zona afectada. Siete equipos fueron elegidos tras la convocatoria de un concurso mundial: Norman Foster, Rafael Viñoly, Peter Eisenman, Daniel Libeskind, Richard Meier y Skidmore Owings & Merril. El proceso de elección permitió al mundo entero votar por Internet para así moldear el futuro de Manhattan, evidenciando la búsqueda de la transparencia en el proceso. Se realizaron auditorias públicas con los afectados de la tragedia: familiares de las víctimas, dueños de negocios y residentes del centro podían sugerir un futuro para la ciudad. Actualmente se puede seguir el estado del sitio a través de fotografías tomadas cada hora con una webcam instalada en los alrededores. El proyecto para el nuevo World Trade Center, planteado por el ganador Libeskind, esta siendo evaluado por los ojos del mundo y aunque propuso construir edificios más altos y seguros han surgido dudas en el camino debido a los distintos intereses de los partícipes. Entonces ¿Será que todos los seres humanos, sin importar raza, sexo o disciplina podrán intervenir en el debate de como debe ser el futuro de la ciudad y arquitecturas del siglo XXI? ¿Puede el caso del World Trade Center ser el punto de partida de este cuestionamiento? ¿Será que la participación de los ciudadanos es consecuencia de una campaña mediática? ¿La arquitectura y los medios, van de la mano? En Les Halles la propuesta se concentraba en resolver un problema en un sitio específico, en Nueva York no sólo es renovar del Ground Zero sino resucitar la seguridad, la simbología, el significado y quizás la propia arquitectura trastocada por el efecto mundial de miedo e incertidumbre. El impacto espectacular de este suceso indiscutiblemente ha hecho que todos estemos involucrados inclusive a partir del momento en que sucedía ante las miradas de todo el planeta.

Ahora bien, imaginemos... una familia que reside en Japón, ve la televisión con entusiasmo, simultáneamente en Venezuela detienen la programación para transmitir en vivo un acontecimiento, segundos después en Alemania un estudiante revisa en Internet de que se trata dicho evento a través de un video trasmitido en directo por una webcam ubicada a metros de la celebración... Lo que ellos no sabían es que formaban parte de esa multitud que abarrotaba el sitio ¿de que se trata este efecto simultáneo de atención? Se percibe nerviosismo y emoción ¿El veredicto final de American Idol? ¿No ha ganado el competidor favorito? Pues no, se trata de la inauguración del nuevo World Trade Center... esto es reality architecture, arquitectura como show.

 

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